Partícipes de la naturaleza divina

“No penséis que he venido para abolir la ley y los profetas; No he venido para abolirlos sino para cumplirlos” (Mateo 5:17). Podríamos leer: No penséis que yo, el evangelio, he venido para abolir la torá de Moisés o las promesas de Dios a través de sus profetas, sino para cumplirlas.
Partícipes de la naturaleza divina

6/12/68

En la segunda carta de Pedro, se nos dice que “nos ha concedido sus preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas lleguemos a ser participantes de la naturaleza divina” (2 Ped. 1:4). Estas preciosas y grandes promesas sólo pueden reconocerse a medida que se llevan a cabo en la vida de un individuo. Estas son las grandes y preciosas promesas de Dios.

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