La oración es la llave maestra. Una llave puede caber en una puerta de una casa, pero cuando sirve para todas las puertas, bien puede pretender ser una llave maestra. Ésta y no menos clave es la oración por todos los problemas terrenales.
Capítulo I
Ley de reversibilidad
“Oren por mi alma, la oración logra más cosas de las que este mundo sueña” (Tennyson).
La oración es un arte y requiere práctica. El primer requisito es una imaginación controlada. El desfile y las vanas repeticiones son ajenas a la oración. Su ejercicio requiere tranquilidad y paz mental, "No uses vanas repeticiones", porque la oración se hace en secreto y "tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público". Las ceremonias que se utilizan habitualmente en la oración son meras supersticiones y han sido inventadas para dar a la oración un aire de solemnidad. Quienes practican el arte de la oración a menudo ignoran las leyes que lo controlan. Atribuyen los resultados obtenidos a las ceremonias y confunden la letra con el espíritu. La esencia de la oración es la fe; pero la fe debe estar impregnada de comprensión para recibir esa cualidad activa que no posee cuando está sola. “Por tanto, adquiere sabiduría; y con todo lo que adquieras adquiere entendimiento”.