Consignados a la desobediencia

Luego dijo: “Vi que algo se estaba formando. Estaba tratando de formar algo en mí, fuera de mí o por mí. Pero algo se estaba formando y parecía estar formado a partir de vidrio líquido caliente”.
Consignados a la desobediencia

23/04/1971

Pablo hizo la pregunta: “¿Quién eres tú para juzgar al siervo ajeno? Es ante su propio Maestro que él está en pie o cae. Y será sostenido, porque el Maestro puede hacerle estar en pie”.

Ahora bien, todo ese drama tiene lugar dentro del individuo. Mi “siervo” es esta vestidura que os habla. Tu “sirviente” no es aquel que limpia tu casa, sino el cuerpo que llevas puesto. Ese es su "sirviente". “Nadie juzgue a ese siervo”, porque el Maestro tiene el control.

Se nos dice en el mismo Libro de Romanos: “Si no fuera por la Ley, no conocería el pecado, pero sólo por la Ley conozco el pecado. No sabría lo que es codiciar si la Ley no dijera: "No codiciarás". Por tanto, contra ti, y sólo contra ti, he pecado y he hecho lo malo ante tus ojos”.

Nadie sabe por lo que el Maestro está haciendo pasar al siervo para transformarlo en Su propio Ser. Y todo el mundo, lo sepa o no, pasa por un infierno. . pero todos. Cuando uno se regodea porque hasta ahora no lo ha tocado o recuerda que ha hecho algo parecido, pues entonces no diría que le tenga lástima, pero no lo sabe. Él simplemente no lo sabe.

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