17/11/64
El tema de esta noche, como siempre, tiene que ver con la realidad que llamamos Dios. Lo titulamos “Seréis reunidos uno por uno”. Esta noche espero hacer una imagen muy práctica.
No te avergüences de tu propio testamento a nuestro Señor, porque nuestro Señor, en lo que a mí respecta, es nuestra maravillosa imaginación humana. Si has experimentado y lo has demostrado, entonces no te avergüences sin importar lo que el mundo diga para contarlo. Acabo de citar el capítulo 1 de 2 Timoteo: No te avergüences de nuestro testimonio de nuestro Señor. Si lo has demostrado en rendimiento, ¿qué importa si todo el mundo lo niega? Dígalo, porque lo que usted y yo sabemos por experiencia lo sabemos más a fondo que cualquier otra cosa en este mundo... si lo sabemos por experiencia.
Así que no dudes nunca en contarlo. De hecho, el individuo que realmente ha experimentado la palabra de Dios no puede eludir la responsabilidad de comunicar su significado a los demás. Simplemente no puede hacerlo. Debe contárselo a todo el mundo por la sencilla razón de que somos uno solo. Sólo hay un ser en este mundo y a ese ser, cuando uno despierta, lo llaman Jesús el Cristo, el único ser en el mundo. Así que te pones a prueba a ti mismo, no a otro, sin probar a otro, poniéndote a prueba a ti mismo. No hay otro. Y cuando te pones a prueba y lo demuestras en tu desempeño, entonces, como no hay otro, lo compartes con todos los seres del mundo.